¿Es la nutrición una ciencia exacta?

Francisco Javier Angulo Fernández
Francisco Javier Angulo Fernández. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y Graduado en Dietética y Alimentación Humana. Preparador físico del Helvetia Anaitasuna.

Actualmente parece que todo el mundo sabe de nutrición.  Qué conviene comer, a qué hora, qué alimentos son buenos para unas cosas y cuáles para otras…Pero realmente esto no es tan sencillo, ya que no existen demasiadas verdades absolutas en el campo de la nutrición. En cambio, sí hay muchas patologías asociadas a la forma en la que comemos, bebemos o vivimos. Como puede ser la obesidad, la diabetes, la osteoporosis, la hipercolesteromia, la hipertensión, etc.

En los últimos años con el ‘boom’ de las redes sociales se han multiplicado las informaciones relacionadas con la nutrición en la red. Pero, ¿cómo podemos distinguir lo que es real de los falsos bulos y mitos?

Para empezar, debemos tener claro que en nutrición sólo se considera verdad aquello que se puede demostrar científicamente. Por ejemplo, el consumo excesivo de alcohol es hepatotóxico, la carencia total de vitamina C produce escorbuto, la falta crónica de hierro produce anemias, el consumo de drogas produce daños neuronales…

Pero también es cierto que la mayoría de las informaciones que conocemos sobre alimentación no se han podido demostrar científicamente y, sin embargo, las consideramos como verdades absolutas. Ya sea por los mitos que se han ido creando a lo largo del tiempo, por lo que nos han enseñado y hemos adquirido como costumbre, porque lo hemos escuchado miles de veces o, simplemente,  porque nos parece lógico. Y, efectivamente, muchas de esas cosas son verdad, pero otras no son más que bulos. Como por ejemplo, el mito de que el consumo de alimentos light ayuda a adelgazar, cuando lo que realmente funciona a la larga es el cambio de hábitos, o que la carne de cerdo es la menos saludable, cuando siempre ha sido importante dentro de la “prestigiosa” Dieta Mediterránea. Creer que la obesidad mórbida puede curarse con dietas hipocalóricas y ejercicio es saber poco de esta patología.

Nos dicen que la dieta ha de ser rica, variada, equilibrada y adaptada a las necesidades de cada uno. Cuando por otro lado, nos indican que debemos evitar las grasas, los azúcares, las féculas, las proteínas animales, el exceso de calorías… Entonces ¿qué comemos?  ¿Esto es todo lo que sabemos de nutrición? Lo que está claro es que tenemos mucha información, pero muy poca se corresponde con la realidad. Así que ante la falta de verdades absolutas en este campo, sólo queda utilizar el sentido común y seguir los principios nutricionales que han marcado durante miles de años nuestra evolución, sin esperar a que la ciencia nos diga qué debemos comer y qué no.

Para terminar, te dejo estas recomendaciones:

  1. Elige una alimentación lo menos procesada posible.
  2.  Incrementa el consumo de verduras, frutas, semillas, huevos y pescados.
  3.  Dedica tiempo y cariño a la preparación de lo que comes y hazlo,  a ser posible, acompañado.
  4.  Y por último, lo más importante: disfruta de ese momento sin estrés.

Si cumples con estos sencillos requisitos, seguro que tu salud te lo agradecerá.

Así sería un menú con alta densidad nutricional, indicado para “casi” toda la población.

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Texto: Francisco Javier Angulo Fernández
Fuente: Helvetia